Monday, August 22, 2005

LOS MUROS,…LAS CALLES

Cuántas veces nos despedimos.
Me despedí de la gente pero no se me ocurrió dejarle un hasta luego a los muros y a las calles por las que anduve cuando era niño.
Son siempre iguales.
Personas que van, otras que vienen
Manitas que acarician los muros
Manos que se apoyan en ellos
Calles recorridas con doscientos pasos en un minuto
Calles recorridas en cien pasos en cinco minutos
Muros y calles hasta la modernidad decida por ellos.
Ahora que los contemplo con detenimiento y diez años más,
ahora que paseo veterano de adolescencias,
se que la realidad de los muros y de las calles siempre ha sido otra.
Cambian constantemente, de pronto más rápido de lo que suponía.
Son amargos vestigios de nostalgias los restos de carteles anunciando el concierto del mes pasado o del baile en el colegio la semana siguiente.
Son irreparables testimonios del paso del tiempo la colección de corazones con dos nombres escritos en ellos con crayol, con tinta o aerosol.
Son rayas de cautivo que lleva los años
las pasadas de pintura que el dueño pone cada diciembre.
Estos muros han caminado a mi lado;
a estas calles las he caminado.
Un día me fui y los muros caminaron con otros
y las calles fueron caminadas por otros.
No se si olvidan al igual que cambian.
Hoy con diez años más me paseo con ellos sobre a ellas
sintiendo cómo el tiempo pasa en ellos, en ellas, en mi.
Quiero estos muros,
quiero estas calles.
Nunca lo había dicho.
Mayo 1997

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